Es tradición en este pueblo celebrar el día de San Antón "la fiesta de los quintos".

Cuando "la mili" era obligatoria, los reemplazos se sorteaban por estas fechas. Tras los sorteos se celebraban las fiestas: unos celebraban la "suerte" y otros la "desgracia", pero todos con alegría y y buenas cenas.

Aunque desde 2001 ya no hay sorteos, los jóvenes continúan con la tradición. Así, los quintos del año del pueblo (jóvenes que cumplen 18 años) y sus acompañantes se reúnen y recorren las casa de los vecinos a “pedir las tajadas”.

Con lo que recaudan organizan una cena y encienden una gran hoguera. Todos los vecinos se juntan para celebrarlo en torno a ella y aprovechan las brasas para preparar la cena.

La leña para la hoguera ya está preparada.